Escribe: Carlos Biurrun, fundador de Community of Insurance
El pasado 17 de agosto estaba leyendo tranquilamente en la terraza de mi casa de Hendaya cuando recibí un aviso en mi tableta de mi amigo Óscar Paz. El mensaje en cuestión era un video de un minuto hecho desde la maravillosa tierra gallega en el que contaba su apoyo a la iniciativa #cubohELAdo y me invitaba, junto con otras dos personas, a participar y hacer una donación.
Tengo que confesar que lo primero que me vino a la mente fue: – ¿cómo voy a hacer el ridículo de echarme un cubo de agua helada por la cabeza?, ¿cómo una persona tan seria y respetable como yo me voy a prestar a que me vean en las redes sociales y ser objeto de comentarios jocosos?, mejor le llamo a Óscar y le digo que cuente con mi donación igual a la que el indica pero que lo de hacer un video me parece demasiado…
Seguí leyendo y contemplaba un mar en calma en un día soleado que invitaba a disfrutarlo e inhibirte de todo…
El día fue pasando y a la noche decidí que iba a aceptar la invitación de Óscar; al mediodía del día siguiente, cuando estábamos una parte de mi familia a punto de comenzar el almuerzo, le pedí a mi sobrino Aitor que hiciera de cámara y me filmase la operación de lanzarme un cubo de agua helada por la cabeza al tiempo que invitaba a tres amigos a seguir con los apoyos, en concreto a Luis Badrinas, Quique Huerta y José Francisco Elorriaga. Después de algún ensayo salió el video que al final del articulo adjunto. Mis amigos también lo han hecho y desde aquí les ofrezco espacio para que cuenten su propia vivencia. También invité a Henri De Castries, Presidente de AXA con la seguridad, porque le conozco, que dará una respuesta positiva, quizás de otra forma, como Carmen Pérez.
¿Cuáles fueron las razones que me hicieron cambiar de opinión? ¿Por qué escribo este artículo?
Tres razones me hicieron cambiar de opinión: la primera era que no podía defraudar a una persona enormemente generosa y siempre dispuesta a ayudar y echar una mano a quien lo necesita, no podía dejar sin respuesta a mi amigo Óscar Paz, la segunda la tenía en mi propia casa, era el testimonio de Carmen, mi esposa, que conocía muy bien la ELA porque, durante tres años, acompañó, hasta que murió, a una compañera de trabajo que padeció esta desconocida enfermedad, y la tercera porque quise romper esa idea de que lo serio está reñido con una forma simpática y mucho más con la participación en redes sociales.
Así hubiera quedado todo, hacer el video, invitar a tres serios amigos a que se solidarizasen con una buena causa e hicieran una donación que en nuestro caso fue para la Asociación Siempre Adelante promovida por Gonzalo, el hijo del empresario vasco Gonzalo Artiach, que padeció hasta su muerte, causada por esta maldita enfermedad, y que escribió un libro del que nos hicimos eco en este blog.
Pero ha habido otra razón que me ha impulsado a escribir este artículo.
Después de haber hecho mi video, descubrí que había participado en una campaña mundial a favor de las investigaciones de la enfermedad ELA y en la que estaban participando muchos famosos de todo tipo, leí comentarios y críticas negativas a la iniciativa, especialmente en España, – una forma de que los famosos se diviertan, menos chorradas y más donaciones, una forma de acallar conciencias, iniciativas de gente superficial, etc.
Sé perfectamente que ni mi voz ni mi pluma son tan poderosas como para entrar con fuerza en un debate mediático y tampoco lo pretendo.
Los que critican la iniciativa sus razones tendrán y las respeto, aunque algunos pertenecen a esa clase de personas que siempre tienen un especial don para ver las partes negativas de las cosas y nunca las positivas.
No escribo este artículo para convencer a estas personas con mis argumentos. Lo hago para reforzar a los que han secundado la idea que, como yo, no son famosos, les importa un pito las críticas de quienes son como el perro del hortelano, son solidarios desde su pequeñez personal y económica y que quieren ayudar a mejorar un mundo que necesita de más justicia y equidad.
Se ha dicho también, como crítica negativa, que no están creciendo las donaciones acordes con la proliferación viral de videos, señalando que mientras en Estados Unidos las donaciones han crecido este año exponencialmente hasta los 45 millones de dólares , en España no se ven por ninguna parte.
En este sentido y para terminar, quiero decir tres cosas: La primera que hay que saber esperar, tener paciencia y no desistir a la primera de cambio, – típico del carácter español – porque la idea es buena y dará resultados; la segunda que hay que tener claro que en España se debería recaudar al menos una sexta parte de la cifra de USA, es decir, unos 5, 3 millones de €; y la tercera, pedir a los responsables de las Asociaciones ELA que expliquen en positivo y con transparencia el balance de la iniciativa, lanzando el reto de que lo que no se consiga este año se alcance en 2015.