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Mar Ramos, Coordinadora del II Plan de Comunicación Mujer&Emprendimiento de Community of Insurance.
José María Villate, director general de Innobasque, nos ofrece en este artículo datos interesantes sobre la capacidad emprendedora de la mujer, comparando la situación en el mundo. Es digno de resaltar el posicionamiento de José María y de la entidad que dirige a favor de dar mayor visibilidad a las mujeres emprendedoras porque “son conscientes de que hay una firme correlación entre los países con más éxito en cuanto al cierre de la brecha de género y aquellos que son más competitivos” así como en la necesidad de “identificar las barreras que dificultan el que las mujeres puedan llevar a cabo su propio emprendimiento.
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Escribe: José María Villate, Director General de Innobasque
Tal y como señala el World Economic Forum en su ‘Informe sobre la brecha de género mundial 2012’, existe una firme correlación entre los países que tienen más éxito en cuanto al cierre de la brecha de género y aquellos que son más competitivos. Conscientes de esta realidad, Innobasque ha venido trabajando en dar una mayor visibilidad y destacar a las mujeres que ya están innovando en Euskadi en diferentes ámbitos. Ejemplos de ello son nuestra participación en iniciativas como el ‘Premio Ada Byron a la mujer tecnóloga’ de Deusto ForoTech, en ForoMET (interesante Comunidad de Emprendedoras), en el lanzamiento del curso de programación para mujeres ‘Ellas también programan’, o la organización de diversas acciones divulgativas que ponen el foco sobre mujeres innovadoras.
Ahondando en esta temática, nos gustaría ofrecer una panorámica para mostrar el tremendo potencial de mejora en este campo. Y es que, según indica el Global Entrepreneurship Monitor en su ‘Informe Mujeres 2012’, la contribución de la mujer al emprendimiento varía a lo largo de los diferentes países. El factor común es que en casi todas las economías hay diferencias de género, lo que en ocasiones se ha interpretado como una menor predisposición de las mujeres a hacer crecer su negocio o a introducirse en nuevos mercados. Quizá se trate de una lectura interesada.
Figura. Comparación de tasas de actividad emprendedora por género y región
Fuente: GEM 2012 Womens Report
Desde la perspectiva macro que se muestra en la gráfica, la tasa de actividad emprendedora de las mujeres es menor a la de los hombres, independientemente de la zona del mundo donde operen. Pero asimismo, se observan mayores diferencias en los países de Asia central, donde la tasa de actividad emprendedora masculina cuadruplica a la femenina (del 4% esta última). Por otro lado, la mayor paridad de género se encuentra en los países en desarrollo de Asia, así como en los del África Subsahariana, donde se alcanzan los mayores valores de tasas de actividad emprendedora femenina (27%). Aquí los hombres superan ligeramente este porcentaje (3%). Además hay 7 países donde la tasa de actividad emprendedora de las mujeres iguala o supera a la de los hombres (Panamá, Tailandia, Gana, Ecuador, Nigeria, México y Uganda). Excepciones, sin duda, pero muy significativas.
En cuanto a los sectores de actividad, por término medio, casi la mitad de las mujeres emprendedoras operan en sectores de servicios a consumidores, mientras que la industria emerge claramente como un sector masculinizado.
De cara a revisar la situación en Euskadi nos referiremos al ‘Informe GEM 2013 del País Vasco’. Este estudio muestra que en Euskadi la presencia de la mujer sigue siendo menor a la del hombre, aunque cada año las diferencias se acortan.
Figura. Actividad emprendedora por género
Fuente: Informe GEM 2013 País Vasco
En cuanto al perfil de la mujer emprendedora, la mayoría declara motivaciones de oportunidad, como sucede con los hombres, aunque en menor medida. Así un 81% de las mujeres ha emprendido por oportunidad, frente al 67% de los hombres. Por otro lado, tan sólo el 16% de las mujeres ha emprendido por necesidad, frente al 33% en el caso de los hombres.
Según el mismo informe, las empresas creadas por mujeres se concentran, mayoritariamente, en el Comercio al por menor y hostelería y en segundo lugar en los Servicios a empresas y servicios sociales, sanidad y educación. Los hombres, en cambio, distribuyen sus opciones de forma más equilibrada entre los Servicios a empresas, además de en los otros dos sectores mencionados. Asimismo, las mujeres emprenden en sectores con bajo nivel tecnológico y donde las expectativas de creación de empleo y crecimiento suelen ser bajas, así como las oportunidades de abrirse a mercados internacionales.
Como conclusión, podemos decir que a pesar de que las mujeres están tan capacitadas como los hombres para crear nuevas iniciativas empresariales, existen factores de entorno que dificultan, todavía más que a los hombres, el surgimiento de estas iniciativas. Es por ello necesario identificar estas barreras para activar medidas que las minimicen, y perseverar en dar mayor visibilidad a las buenas prácticas de mujeres, que a pesar de las circunstancias, ya han emprendido.