Escribe Oscar Paz: Extraido del primer artículo de los Gifford en 1978, en el que muestran la esencia más pura de lo que es el intraemprendimiento.
Según Gifford como las empresas están diseñadas para gestionar su negocio en el día a día, lo más viable para poner en marcha un ecosistema intraemprendedor dentro de ellas sería solicitar inicialmente la ayuda de alguna consultora especializada en intraemprendimiento. La lista de pasos a dar sería la siguiente:
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Un grupo de empleados que acuda a una Escuela de Negocios especializada en emprendimiento, y concretamente en intraemprendimiento si puede ser.
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Los consultores junto con el management corporativo establecerán una especie de marco que regirá este sistema intraemprendedor, y que entre otras cosas establecerá cual es el presupuesto asignado, cómo se repartirán los beneficios de los productos/servicios innovadores que se generen desde este ecosistema intraemprendedor… Importante que esta labor la hagan consultores externos, para que pueda definir todo tipo de marcos interdepartamentales y transversales, sin que caiga sobre ellos la sospecha de que lo están haciendo en beneficio personal.
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Los consultores externos junto con el management corporativo conformarían el primer Comité de Capital Riesgo, encargado de elegir entre los diferentes proyectos y potenciales intraemprendedores, y en los que la Empresa va a realizar sus primeras inversiones.
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Estos consultores trabajarían con los potenciales intraemprendedores para ayudarles a desarrollar propuestas “financiables” para el comité. Esta labor sirve, además, para reforzar las cualidades que se necesitan para tener éxito como intraemprendedor.
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Los consultores formarían parte de un Comité que compraría aquellos proyectos ya finalizados actuando de enlace con otras Divisiones/Áreas de la Empresa para llevarlo a buen término. La independencia y la integridad de este comité es esencial para que el programa tenga éxito.
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Es recomendable hacer un seguimiento de las interacciones de estos intraemprendedores y para ello se requerirá de algún tipo de herramienta/software avanzado que la empresa consultora debe poder proporcionar y adaptar a cada Empresa.
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Cuando se haya generado una cantidad de “intra-capital” suficiente, la empresa podría, si quisiera abandonar su rol de “Capital Riesgo” intra-capitalista y dejar que el sistema funcionase por sí sólo, confiando en que los intraemprendedores exitosos lo lleven adelante, consiguiendo el auto-financiamiento permanente haciendo que este ecosistema intraemprendedor se perpetúe y crezca dentro de la empresa.
Esto forma parte del planteamiento inicial de Gifford y hay que verlo con la perspectiva de que está escrito hace casi 40 años y desde el prisma de alguien
que residía en EEUU, donde sobra decir, que el espíritu emprendedor está más desarrollado que en la gran parte del resto de planeta. En todo caso nos sirve perfectamente para hacernos una composición de lugar y para darnos cuenta de hace ya mucho años que alguien reflexionó profundamente sobre este tema por el que cada vez más Empresas y profesionales se interesan.