[vc_row][vc_column][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][ad id=»31675″][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][vc_column_text]Por Julián Gutiérrez
Imaginemos la cara, reflejo de su sensación de fracaso, que debió ponerse le a Walt Disney cuando su jefe en aquel periódico para el que trabajaba como caricaturista le dijo: “No vales para este trabajo”.
Imaginemos el golpe que debió recibir. Sin trabajo y sin futuro. Y sin embargo ¡qué razón tenía aquel jefe!; ¿qué portento de visión!. Porque evidentemente Walt no valía para ser un simple caricaturista. Por sus venas corría el espíritu de un creador de ilusiones.
Porque el fracaso es en su mayor parte una sensación que provoca un cambio de rumbo en la vida. Genera un nuevo proceso mediante el cual los materiales de los que disponemos para construir la vida, cambian sustancialmente.
Si Walt Disney hubiera triunfado en aquel periódico, probablemente hubiera seguido toda su vida allí como caricaturista. Y el mundo se hubiera perdido vu voluntad de emprender proyectos con los que resucitar la Ilusión y envolvernos con ella.
¿Quién podría pensar que un simple folio en blanco y un lápiz pudieran ser todas las herramientas necesarias para hacer estallar los sueños?
Si se hubiera dejado arrastras por el sentimiento de fracaso, su nebulosa no hubiera permitido que nuestro amigo Mickey Mouse naciera. O podría haberse quedado simplemente en un simpático muñeco estático sin humanizar ni vida. Sin embargo hábilmente colocadas sus imágenes en una serie de cartulinas y debidamente colocadas y agitadas una tras otra, la vida le llegaba.
La clave no está ni en el éxito ni en el fracaso. Ninguno de los dos son ni estables ni permanentes. Lo más importante es cómo situamos nuestra mente y actitud frente a ellos.
Tanto en el éxito como en el fracaso la clave está en nuestra mente- Por eso es el momento de “negociar inteligentemente con uno mismo”, respirar hondo y movilizarse frente al futuro que sigue estando esperándonos.
El fracaso predispone, después del primer golpe, a la renovación. El éxito, por contra, al conformismo. En los primeros instantes el fracaso nos envuelve en una densa niebla y enturbia la mente oscureciendo el futuro. Pero luego llega la realidad y con su dinámica van apareciendo las nuevas oportunidades.
Sin aquel fracaso aquel mágico ratón no hubiera nacido. Hay muchas mentes esclavas del éxito pero muchas más deudoras del pasado.[/vc_column_text][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][vc_btn title=»El último libro de Julián Gutiérrez: «Atrapados por el futuro«» color=»green» size=»lg» align=»center» link=»url:http%3A%2F%2Fwww.marcialpons.es%2Flibros%2Fatrapados-por-el-futuro%2F9788436838770%2F|title:Atrapados%20por%20el%20futuro%2C%20cuando%20el%20mundo%20hizo%20crac||rel:nofollow»][vc_separator color=»custom» border_width=»2″ accent_color=»#dd3333″][vc_column_text]Esta es una obra de pensamiento libre en la que el autor se ha aventurado a explorar las tendencias de un nuevo mundo. Es un libro de aventura y exploración. Lo único que, probablemente, tenía claro el autor al comenzar a escribir este libro era la siguiente pregunta: ¿qué orientaciones y consejos me permitiría dar a mis hijos que les resultaran útiles para viajar por el nuevo mundo que les espera? Y con solo ese bagaje y muchas buenas intenciones, se va, poco a poco, adentrando en tratar de interpretar las sintomatologías que se perciben para proyectarlas en un posible dibujo del futuro. ¿Por qué el título de Atrapados por el futuro? Porque el lector podrá ir comprendiendo las ideas que trata de exponer el autor que entiende que el porvenir empieza a emitir una sintomatología mucho antes de que las personas lleguemos a tomar conciencia y seamos capaces de racionalizar lo que está sucediendo. Por eso el futuro tiene vida antes de que seamos conscientes de su llegada. Sin pretender tener certeza sobre lo que va a suceder, el autor trata de prever acontecimientos. El futuro no es más que el entorno en el que necesariamente vamos a tener que vivir y es lógico preguntarse cuál es el equipamiento más conveniente que deberíamos llevar para navegar por él del mejor modo posible. Sin duda, pensar sobre las orientaciones del futuro no es una acción baldía, más bien parece una reflexión conveniente cuyo objetivo no es tanto acertar, sino tomar conciencia de que la vida va a cambiar drásticamente y preparar la mente para ello. Y eso es justo lo que pretende el autor, crear debate en cada lector consigo mismo o con otras personas para tomar conciencia de qué y cómo debemos reajustar nuestros comportamientos sociales y personales.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]