Escribe: Marta Aburto, Gerente de SEGASER.
En el artículo ¡! MENOS DIAGNOSTICO, MÁS ACCIÓN !! Guillermo Dorronsoro nos mueve a comprometernos en acciones concretas con el fin de cerrar la brecha de género.
Recojo el reto, con la firme creencia que es en el terreno de la vida cotidiana, donde se reproducen las relaciones de género, es ahí donde podemos dar paso a la construcción de una nueva cultura, la conformación de nuevos valores, de nuevas identidades que nos hagan más libres:
1º) Me propongo considerar en familia el surgimiento de nuevas identidades:
Como de manera social, no natural, al hombre le tocó el papel de proveedor, este papel económico le otorgó el derecho a ejercer el poder dentro de la célula familiar. Al llegar la revolución sexual de la década de 1960 se redifinieron profundamente las identidades femeninas, estas se convirtieron en vehículo de cambio cultural. A través de un complejo proceso social, se construyeron nuevas identidades femeninas, como identidades individuales y colectivas, que en medida creciente ya están participando en el poder.
En este contexto sociocultural, el género masculino se ve obligado a replantearse su tradicional identidad genérica, modificar las bases y valores sobre los que hasta ahora había sustentado su rol como proveedor de la familia. Estas nuevas identidades, aunque van cuajando en el terreno de la vida cotidiana, evidencian una herencia llena de estereotipos contraproducentes para las relaciones de familia, como es la división sexual del trabajo en el hogar, este rasgo refleja uno de los principales elementos que determinan la subordinación de la mujer.
2º) Crear nuevas motivaciones que ayude a nuestros hij@s a construir un nuevo deseo de paternidad, mirar a otros países que están consiguiendo la igualdad, con acciones naturales y satisfactorias como es promover y facilitar la baja por paternidad
Hasta hace muy poco, en Suecia se daban los mismos problemas de igualdad que en España, los hombres y mujeres se limitaban a los mismos roles tradicionales a la hora de trabajar y criar hijos. Aunque el país ofrecía más de un año de baja paternal, las madres eran las únicas que se quedaban en casa con el bebé, sólo el 6% de los padres disfrutaban de la baja y no eran muy bien vistos. En 1995 el gobierno creó incentivos financieros para que los hombres disfrutaran de su permiso de paternidad, si los padres no utilizaban la baja, perdían el mes de subsidio, desde entonces a los hombres les dejó de importar la opinión de los demás, pronto se estableció la costumbre de que los padres adquirieran la baja por su reciente paternidad, así fueron adquiriendo más y más seguridad sobre el papel que desempeñaban en el hogar, asumiendo responsabilidades que tradicionalmente habían desempeñado las mujeres
Actualmente 8 de cada 10 padres Suecos disfrutan 4 meses de media de los 13 disponibles por paternidad.
Con estas medidas se ha conseguido HORARIOS MÁS FLEXIBLES, QUE LA DIFERENCIA SALARIAL ESTE DESAPARECIENDO Y QUE LOS DIVORCIOS DISMINUYAN. Los Suecos se han acostumbrado a esta nueva realidad y las ventajas para la sociedad se han hecho patentes cambiando la cultura y el ambiente laboral
3) Juntos, exigir la promoción de leyes y nuevos modelos sociales que incentiven la participación de los padres y favorezcan la conciliación de la vida familiar y laboral.