Su importancia para tomar decisiones exitosas
(N.E. El pasado octubre mi amigo y colaborador de este blog publicaba su último libro, “Sácale partido a tu cerebro” (Editorial Planeta) del que tuvo la amabilidad de mandarme un ejemplar dedicado.
Es un libro profundo y al mismo tiempo fácil de leer en el que Néstor profundiza de manera didáctica sobre la forma de entrenar el sistema emocional del cerebro para conseguir que tomar las mejores decisiones en cada momento, mejor posicionarnos ante las adversidades y crisis, para superar las situaciones de estrés. Nos explica muchos ejemplos prácticos y nos propone unas rutas de ejercicios. Dice Néstor que de la misma forma que realizamos ejercicio físico hay que hacer ejercicios estimuladores de nuestro sistema cerebral.
A continuación presentamos el post que nos ha escrito pata el blog).
Escribe: Néstor Braidot
nestor@braidot.com
Como disciplina, el neuromanagement y su consecuente programa de entrenamiento cerebral, explora los mecanismos intelectuales y emocionales vinculados con la dirección de organizaciones y la toma de decisiones, y lo hace en el marco de los conocimientos que se han ido generando en el ámbito de las neurociencias.
Para explicar mejor “de qué se trata”, es decir, cómo se aplica esta disciplina en la práctica, lo primero que debemos remarcar es su verdadera misión:
El neuromanagement tiene como misión preparar el cerebro de los miembros de una organización para que puedan decidir con una velocidad y eficiencia acorde con las necesidades de las organizaciones actuales.
En esta gran innovación tienen relevancia los avances en el estudio de los lóbulos frontales (involucrados en las funciones ejecutivas) y el desarrollo de la neurociencia afectiva (autoliderazgo emocional), que permitió mejorar las técnicas para que los miembros de los equipos de trabajo actúen con inteligencia emocional y cognitiva superando los condicionamientos que el estrés de las situaciones difíciles e incluso de la incertidumbre en que se desenvuelven las empresas hoy día.
Redes neuronales: la importancia de la gimnasia cerebral en su desarrollo
El proceso de formación de redes de comunicación y conexiones entre neuronas (que son las principales células cerebrales) es fundamental para comprender la complejidad de fenómenos como el aprendizaje, la memoria, la percepción, la cognición y el procesamiento de información, que son aspectos clave en la toma de decisiones eficaces.
Precisamente, uno de los descubrimientos más apasionantes de las neurociencias es el siguiente:
El potencial del cerebro para producir determinadas conductas no depende de la variedad de células nerviosas, sino del número de conexiones que éstas generan entre sí a partir del tipo de estímulos que reciben del entorno.
Cuando nacemos, el cableado neuronal se encuentra en desarrollo. El cerebro comienza a formarse alrededor del decimoctavo día de gestación. A partir de allí, evoluciona hasta alcanzar su estructura definitiva, lo cual ocurre más o menos alrededor de los veinte años. Y aunque lo asuste enterarse de esto, lo cierto es que el lento e inexorable declive comienza ¡entre los treinta y cinco y cuarenta años!
Como este proceso es normal, no tenemos motivos para desesperarnos, de hecho, todos podemos hacer muchas cosas para tener un cerebro sano y activo. El punto crítico parece estar recién alrededor de los 65 años, cuando el cerebro pierde más o menos el 10% de su peso y recibe cinco veces menos irrigación sanguínea. No obstante el proceso de “envejecimiento del cerebro” comienza a la temprana edad de 40 años.
Esto no significa que exista un deterioro funcional a esa edad, ya que un cerebro que se mantenga ocupado y con entrenamiento periódico, cuenta con buen número de neuronas y una mejor conexión entre ellas.
Por lo tanto:
Si pretendemos desarrollar nuestras capacidades si pretendemos liderar adecuadamente nuestras emociones en este contexto condicionante de incertidumbre y mayor nivel de riesgos el entrenamiento neurocognitivo y emocional se erige como una herramienta adecuada para la formación de una nueva generación de directivos en las compañías de seguros.
En la práctica como lo hacemos?
Para explicarlo de manera sencilla, comencemos con un ejemplo. Imagine que usted está leyendo el último informe sobre la participación en el mercado de la compañía en la que trabaja. Si fuera posible realizar un escaneo de su cerebro con un resonador mientras lo hace, se detectaría un mayor flujo sanguíneo en las áreas que activa dicha lectura.
Ello sucede porque el cerebro demanda importantes cantidades de energía para las regiones que están trabajando, lo cual indica un correlato directo entre el flujo sanguíneo necesario y el metabolismo neural.
Anatómicamente, la explicación es la siguiente: la sangre que llega al cerebro no solo sirve como sustento y nutrición para las neuronas, además modula la forma en que estas procesan la información. Cuanta más sangre fluye hacia una región cerebral, mayor actividad se detecta, potenciando la función de la zona que representa. Si esto se sostiene en el tiempo, es posible lograr una modificación a largo plazo, facilitando el procesamiento de la información que una persona decidió entrenar.
Por ejemplo, un publicista trabajará en pos del desarrollo de su inteligencia, una secretaria ejecutiva intentará optimizar su capacidad para mantener on line la información relevante minimizando los olvidos (al mejorar su memoria de trabajo) y un crupier se concentrará en incrementar su velocidad de procesamiento-respuesta más una elevada capacidad atencional.
¿Los resultados? A largo plazo, la estimulación neurocognitiva impacta positivamente en las funciones mentales que cada persona necesita optimizar. Para ello, es necesario mantener el cerebro “activo” y esto se logra con un plan de ejercitación a medida, que permita un equilibrio entre el cambio, el desafío y el aprendizaje.
¿Todas las personas obtienen los mismos resultados?
¿Por qué hay personas más inteligentes que otras? ¿A qué se deben las diferencias individuales? Estas son preguntas que todos nos hemos hecho más de una vez
ya que, a lo largo de la vida, hemos ido conociendo personas intelectualmente brillantes, otras que no lo son tanto y otras que nos han parecido directamente tontas.
Los estudios experimentales parecen señalar que las diferencias individuales se deben fundamentalmente a los desafíos y las demandas que presenta el medio ambiente a cada individuo, como así también a su “voluntad” para experimentar y conocer cosas nuevas.
Si bien la inteligencia y las habilidades cognitivas que la sustentan poseen un peso genético o hereditario, este peso es sólo parcial, es decir que constituye un piso, una base sobre la que se puede edificar tan alto como lo deseemos.
Esto ha sido demostrado por estudios llevados a cabo con hermanos gemelos educados en entornos diferentes cuya capacidad cerebral puso de manifiesto la importancia de los factores culturales y sociales en detrimento de los biológicos. Por lo tanto:
Del mismo modo que un deportista necesita de la práctica ardua para alcanzar un desempeño físico óptimo, las habilidades cognitivas, como la atención y la memoria, se pueden desarrollar y “perfeccionar” mediante la aplicación de programas de entrenamiento estructurados y sistematizados.
Como nuestro mundo es un mundo fluctuante por naturaleza, para poder sobrevivir necesitamos capacidad y velocidad de reacción.
Afortunadamente, el entrenamiento neurocognitivo suministra las herramientas que necesitamos para poder analizar rápidamente las relaciones entre los hechos y encontrar el mejor camino para afrontar las diferentes y cambiantes condiciones que se nos presentan tanto en el trabajo como en nuestra vida personal.
Recuerde ►
El cerebro es como un músculo y, al igual que la actividad física, el ejercicio mental debe mantenerse activo.
La actividad mental no sólo mejora las funciones cognitivas, también produce un cambio en el cerebro mismo. Inversamente, si falta actividad, se debilita su funcionamiento.
Cada función neurocognitiva responde a circuitos neuronales específicos, por lo tanto, necesitamos diferentes ejercicios para desarrollarlas.
Los principales factores que mejoran el rendimiento cerebral son los siguientes:
- El entrenamiento neurocognitivo
- El aprendizaje y las nuevas experiencias.
- El autoliderazgo emocional
- El control del estrés y superación del condicionamiento emocional de la incertidumbre
Siempre que trabajemos con constancia, los gimnasios cerebrales proporcionan el ámbito ideal para desarrollar a pleno las capacidades que necesitamos o decidimos trabajar y, en consecuencia, mejoran nuestra calidad de vida.
De la propuesta a la implementación
Un programa de entrenamiento neurocognitivo debe brindar una estimulación cerebral a medida, partiendo de las fortalezas y debilidades cognitivas que se detectan en cada participante (ambas se cuantifican mediante un pormenorizado estudio neuropsicológico).
A los fines didácticos, se trabaja sobre siete grandes categorías, amplias y abarcativas, que incluyen:
- Atención.
- Memoria a corto plazo.
- Memoria a largo plazo: subdividida en memoria episódica y memoria semántica.
- Capacidad visuoconstructiva y visuoespacial.
- Razonamiento y resolución de problemas.
- Monitoreo emocional.
- Planes de alimentación.
Posteriormente, se diseña un plan de entrenamiento que propicie situaciones novedosas y “desplace” al cerebro de su zona de confort mediante una multiplicidad de estímulos que representen nuevos desafíos.
Estos programas se completan con otros dirigidos a mejorar la eficacia en la toma de decisiones en contextos que se simulan como caóticos para poner a prueba los resultados obtenidos.
Por ejemplo, el caos conspira contra la atención y sin una adecuada capacidad atencional no funciona la memoria a largo plazo. Asimismo, la memoria a corto plazo o memoria de trabajo juega un rol esencial en la resolución de los problemas que a veces se presentan como rayos.
Partiendo de esta premisa, los ejercicios ayudan a desarrollar capacidad de concentración aún cuando el contexto es hostil, lo cual se constituye en una habilidad imprescindible para evitar que la mente se disperse y, al mismo tiempo, logre diferenciar lo esencial de lo secundario.
En todos los casos, los ejercicios se diseñan de una forma lúdica y amena para que los participantes puedan adquirir y perfeccionar las destrezas cerebrales que son de mayor relevancia, tanto para su trabajo como para su vida cotidiana.
Gimnasio Cerebral:
Uno de los problemas más importantes de los directivos en el difícil contexto actual tiene que ver con la incertidumbre de un contexto cambiante, inestable y riesgoso lo cual provoca una consecuencia de altos niveles de estrés y muchas veces estrés permanente que por supuesto influye negativamente en la toma de decisiones.
En los Gimnasios del cerebro para directivos medimos los niveles basales y las variaciones de estos niveles de estrés y condicionamientos emocionales a través de la respuesta galvánica del directivo y hacer luego un programa de entrenamiento que les permitan liderar esos procesos de estrés y autoliderar sus emociones.
Medimos los niveles basales en sus respuestas galvánicas, su mayor o menor dificultad para estresarse y por cierto la capacidad y tiempo de recupero entrenándolos para su más rápida recuperación.
Con esta información se programan ejercicios que brindan al interesado herramientas para incidir liderando sus propias emociones.
Adicionalmente se utilizan otro tipo de metodologías e insturmentos potenciar otras capacidades como memoria, aprendizaje, concentración, etc.
Néstor Braidot, conferenciante y consultor, autor de “Sácale partido a tu cerebro”, Ed Gestión 2000 (Barcelona, 2011) Neuromarketing, Ed. Gestión 2000 (Barcelona, 2009), Neuromanagement, Ed. Granica (Buenos Aires, 2008), Neuroventas, Ed. Puerto Norte-Sur (Madrid, 2007), Neuromarketing, neuroeconomía y negocios, Ed. Puerto Norte-Sur (Madrid, 2006).