
Escribe: Rafael Velázquez Goya / Presidente de ANACOSE (Asociación Navarra de Corredores de Seguros.
Llevaba unos días dándole vueltas a alguna reflexión veraniega que sirviera post para este blog que no descansa ni en Agosto.
Ayer tarde en la piscina lo tuve claro. Pegar la oreja a la conversación del vecino no es muy correcto que digamos; pero cuando realmente se la “pegan” a uno, y además escucha la palabra “seguro”, la deformación profesional aflora y ya no hay escapatoria.
Al parecer la vecina de toalla había sufrido en carnes de un hijo, la mordedura de un can (nada grave afortunadamente, lo que me trajo a la memoria uno de los recuerdos más duros de mi vida profesional cuando me tocó indemnizar a una destrozada madre la muerte de un chaval por las mordeduras de un perro, hace casi veinte años…).
Pero sigamos con lo que íbamos. La mujer relataba lo sucedido a su amiga, la cual con su mejor intención, mezclando todo tipo de términos pseudo aseguradores, terminaba sus consejos con la mejor frase posible: Habla con tu seguro.
En un principio me pareció correcto, pero enseguida se me presentó un contenido para este post que comenté a mi mujer que con cara de “ya estás con tus neuras…” continuó con su apasionante lectura.
Y es que si alguien tiene un problema de salud le diremos “habla con tu médico”; si precisa un proyecto de vivienda, con el arquitecto; si se le obstruyen las cañerías quizás acuda al fontanero; y si requiere realizar un armario a su carpintero…
Y así todo lo que podamos imaginarnos…
Pero la frase “habla con tu seguro” está introducida en nuestro chip neuronal y todavía no se ha realizado ninguna acción seria (o no la conozco) que la intente erradicar y la sustituya por otra como por ejemplo “habla con tu Corredor de Seguros” (barro para casa obviamente).
Este matiz, quizás se vea sin importancia, pero en la consolidación de nuestra figura, en nuestro mayor acercamiento a la Sociedad, aportemos nuestro grano de arena en beneficio de nuestro sector.
De todas formas, además de dejar aquí la idea, dejaré otra para la reflexión: ¿realmente hablamos con nuestros clientes lo suficiente?, ¿no tendremos también nuestra parte de culpa?.
En cualquier caso, que quede claro, los Seguros NO hablan; al menos de momento que yo sepa…
Qué razón tenés amigo: Hoy a las 9 formalizaba con un cliente una RC Profesional, de esas que,además (lógico), el cliente se empeña en leer… Eso sí es masoquismo puro, el suyo y el mío: 20 páginas infumables (que requieren 20 firmas ojo…) mitad de exclusiones de un seguro que yo sé que es bueno; el mejor posible, pero de verdad nuestra profesión es compleja… al menos para el que se la cuestiona en la venta diaria…
Estos es en efecto, como dice el brother… cuentión de confianza… de fé mas bien diría yo la gran mayoría de las veces.
Un saludo amigo y un café cuando quieras… o quizás ya vaya siendo hora de pasarse al gin tonic, no crees?.
¿Qué te parece una nueva etapa tras 15 años en el sector, que asome el 15-S, basada en tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro…?: Pues eso… aportar nuestro grano de arena a “un mundo”, más atractivo, más humano, más divertido, donde el negocio no sea dar cuchilladas al desprevenido sino cuestión de intercambio, de aportación…»… sin olvidarnos de vender, que de momento, lo necesitamos…. Pero sí Carlos, hay que salir de la caja.
Carlos y Rafa, comento hace un momento a Óscar y Fernando la necesidad de salir del estándar, perdiendo miedos. La cuestión de confianza que mencionáis se complementa y os lanzo la misma pregunta, ¿cuando comenzamos a salir de lo estándar y construir un ambiente, no me atrevo a decir «un mundo», más atractivo, más humano, más divertido, donde el negocio no sea dar cuchilladas al desprevenido sino cuestión de intercambio, de aportación…
Rafa:
Veo que sigues en la brecha en pleno Agosto.
Los seguros no hablan y además… no hay dios que los entienda (como clientes).
Sin duda uno de los retos a conseguir con urgencia es la identificación de la figura del mediador como imprescindible para la contratación, solución de siniestros, etc.
Ahora estás en una plataforma desde la que se puede trabajar en ese sentido.
Os animo a hacerlo porque es urgente de verdad y sino se hace el enfermo se nos va.
Un abrazo.
Es ‘Cuestión de Confianza’, Rafa. Hay un libro reciente de Sixto Jiménez titulado así donde define la confianza como «la materia de la que están hechos los cimientos del carácter, el amor, la amistad, la empatía, las interrelaciones, la responsabilidad social, el respeto y la solidaridad»… Nada más y nada menos!