Estamos viviendo tiempos de muchos cambios, de muchas preocupaciones, de incertidumbres. Parecería que hemos perdido el rumbo y no hay manera de encontrarlo.
En esta situación dramáticamente negativa, los representantes del seguro español nos trasladan mensajes de tranquilidad. La crisis no se ha cebado tanto, dicen, con el seguro como con otras actividades y el nivel de solvencia multiplica casi por tres la exigencia legal. Se podría decir que estamos en un oasis rodeado por el desierto.
Creo que la situación no es tan idílica, sobretodo sin hacemos algún esfuerzo de prospectiva e intentamos dibujar escenarios futuros, la necesidad de más recursos propios a partir de 2012, la trasformación que se va a producir en los canales de distribución donde la dimensión será fundamental, la revolución de la democracia viral movilizadora nuevos usos y hábitos de decidir y la velocidad de vértigo del cambio social.