El pasado 6 de mayo tuve la ocasión de participar, junto a algunos de mis compañeros del Foro de Diletantes de Bilbao y cónyuges, en una visita al Edificio del Consejo de la Unión Europea que lleva el nombre de Iustus Lipsius, filósofo y humanista del siglo XVI, gracias a los buenos oficios de Victoria Zabala. Aparte de compartir la comida en el self service con los funcionarios de la UE, conocimos las salas de debate rodeadas de las múltiples cabinas de traducción simultánea y el inmenso hall de entrada.
Ciertamente la estructura de la UE es enormemente compleja. Las explicaciones de nuestros amigos, Victoria Zabala y Juan Antonio Rivière, altos funcionarios de la misma, en la comida que tuvimos en el chateau de Ste. Anne el día anterior y las del día siguiente por parte de un representante de la Presidencia española corroboraron dicha complejidad y la necesidad de estar bien apoyado si alguien quiere conseguir algo.