Un escenario posible en el que vamos a tener que trabajar en 2010 se caracteriza por un alt0 número de desempleados, un ínfimo crecimiento del PIB, desconfianzas sobre la recuperación económica y preocupación por la estabilidad del sistema financiero. No nos creemos del todo que se estemos en vías de recuperación y en todo caso, si así fuese, ésta será muy lenta.
A los aseguradores nos va a tocar trabajar durante este año, con un escenario de probable decrecimiento de recaudación en seguros no vida, compensado, quizás, por el crecimiento de vida. También es probable, como decía Juanjo Lecanda, que la tasa de siniestralidad de autos siga deteriorándose como consecuencia de la presión a la baja de la prima media y el efecto de una cierta recuperación económica.
Con un escenario tan complicado vamos a ser testigos de movimientos diferenciadores de la oferta en sus relaciones con el mercado y los distribuidores y de una gestión de siniestros muy exigente que algún disgusto provocará entre damnificados y proveedores.
Ciertamente con este panorama, más que nunca se necesitan actuaciones valientes, innovadoras para no quedarse atrás, convirtiendo las incertidumbres en desafíos y oportunidades. Para ello no hay mejor receta que contar con equipos de profesionales motivados y preparados. Desde mi punto de vista ese es el factor diferenciador entre unas y otras empresas y que requiere tener una excelente visión de futuro en sus dirigentes.